domingo, 31 de octubre de 2010

FOTOGRAFÍA 3


LECTURA OBJETIVA: Se observa la imagen en blanco y negro de un grupo de niños. Hay dos de ellos a los que se les ve casi de cuerpo entero, un niño y una niña vestidos con abrigos y con maletas en la mano. El niño lleva una boina y ambos llevan una tarjeta colgada del abrigo. A su izquierda y en el centro de los dos niños se observa a más niños también con maletas, algunos mirando al frente y otros a un lado. Se ve a otros niños de espaldas, y algunos están mejor vestidos que otros. Al fondo de la imagen se observa una pared.

LECTURA SUBJETIVA: Se observa la imagen de un grupo de niños vascos que han sido evacuados a Francia y Bélgica durante la Guerra Civil Española. Todos cargan con sus pertenencias y llevan una tarjeta identificativa para que se sepa quienes son. Los dos niños que se ve más de frente parecen tener una expresión de preocupación, de desorientación, al igual que otros niños de la imagen que miran a los lados como si estuviesen buscando a alguien.

FOTOGRAFÍA 2


LECTURA OBJETIVA: Se observa la imagen en blanco y negro de cuatro mujeres vistas de cuerpo entero tirando de un carro. Las cuatro visten con trajes antiguos que llevan falda, las dos de delante completamente de negro y las dos de atrás con un delantal blanco. Una de las mujeres de delante y las dos de detrás parecen ser ancianas, y la otra de delante un poco más joven. Las cuatro van tirando de un carro lleno de lo que parecen ser baúles y maletas, atados con cuerdas para que no se caigan. Al fondo de la imagen se observan transeúntes que caminan por la calle y varios edificios.

LECTURA SUBJETIVA: Se observa la imagen de un grupo de cuatro mujeres que van tirando de un carro lleno de sus pertenencias. Por su forma de vestir, parecen mujeres de pueblo que llegan a la ciudad buscando mejores oportunidades para vivir. Puede incluso que las mujeres sean familia, y dos de ellas viudas, pues visten completamente de negro. Se observa en el rostro de las cuatro una expresión de esfuerzo y quizá de tristeza por dejar su antiguo hogar. Al fondo se aprecian edificios que son propios de una ciudad, no del campo.

FOTOGRAFÍA 1


LECTURA OBJETIVA: Se observa la fotografía en blanco y negro de un grupo de hombres vistos de cuerpo entero, cinco de ellos de espaldas y vestidos de chaqueta. Tienen sus maletas viejas y desgastadas en el suelo a su derecha, y dos de ellos tienen sus manos a la espalda. Todos tienen el cabello moreno. En el fondo de la imagen se observa a otros hombres mirando de frente.

LECTURA SUBJETIVA: Se observa la imagen de un grupo de hombres que posiblemente están esperando una cola para coger un tren, pues al fondo se aprecia lo que parece ser una estación de trenes. En la cara de dos de ellos se observa una expresión de tristeza por tener que partir y dejar a sus familias, pero sin embargo se mantienen erguidos y no pierden la entereza. El tercer hombre empezando por atrás parece tener la cabeza gacha, quizá en señal de tristeza o resignación.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Mis primeros días en la universidad (II)


No le di demasiada importancia. Tenía cosas más importantes de las que preocuparme, como por ejemplo entender al profesor de anatomía, que iba demasiado deprisa, o la profesora de fisiología, que daba un tema por día. No me da tiempo a todo.

Creo que el temario que damos es muy difícil, y me está costando mucho coger apuntes y enterarme de las cosas. Los días siguientes que he estado yendo a clase llego muy cansada del trabajo, y para colmo me he sentado sola. Las chicas que me hablaron raro no han vuelto a saludarme ni a acercarse a mí. Me siento un poco mal, creí que la gente española sería más abierta con la gente inmigrante. A veces me dan ganas de coger el poco dinero que tengo y coger un billete de avión hacia Târgoviste para volver con mi familia. Quizá allí me enterase algo más de lo que estoy estudiando. De momento, no me gusta demasiado España, y no sé si la cosa cambiará. Bueno, al menos me llevo muy bien con mis tres compañeros de piso, y ellos no me ponen ninguna pega por no ser de aquí.

Una pregunta. ¿Alguien sabe de alguna academia no muy cara donde diesen clases de Fisiología y Bioquímica? O aunque sea, algún profesor particular que no cobre demasiado. Gracias.

Mis primeros días en la universidad (I)


Me gustaría hablar sobre el primer día que estuve en la universidad, ya que me he centrado demasiado en hablar sobre mi búsqueda de trabajo y de casa.

El primer día que llegué a ese aula tan gigantesca que es mi clase, me sentí un tanto perdida, me sentí realmente pequeña entre tanta gente, pues en mi clase hay más de setenta personas. No me ha sorprendido demasiado que la mayoría fueran chicas. No sabía con quién sentarme, pues soy un tanto tímida y me cuesta hacer amigos y relacionarme con la gente.

Me senté al lado de unas cuantas chicas que me preguntaron mi nombre, entre ellas Haifa, la chica con la que comparto piso. Estuvieron hablando conmigo sobre las notas que habían sacado en selectividad. Todas habían sacado muy buenas notas, al igual que yo en mi prueba universitaria que hice en Rumanía. Se nota que son chicas listas, pero sin embargo no me caen bien del todo.

En cuanto les dije que era de Rumanía, algunas cambiaron un tanto su forma de hablar conmigo, excepto Haifa. De repente habían dejado de ser tan simpáticas, pues habían creído que era española al ser tan morena, tener los ojos marrones, el pelo tan oscuro y hablar tan bien el español.


Aprovechando que menciono lo del idioma, ¿alguien necesita clases de rumano a buen precio? Me adapto a cualquier horario. ¡Qué desesperación esto del dinero!

sábado, 23 de octubre de 2010

Mi nuevo trabajo: niñera


No podéis imaginar lo horrible que es cuidar niños. Espero que no os veáis en la situación de tener que aceptar cualquier trabajo por necesidad. Yo he tenido que hacerlo, y no estoy para nada feliz, pero es lo que hay.

Finalmente conseguí trabajo, y bastante cerca. Una señora del barrio que tiene dos niños pequeños me dijo que necesitaba a alguien que recogiera y cuidará a sus hijos después del colegio.

Llevo unos cuantos días trabajando para ella. Le pedí el dinero por adelantado, y me miró con cara de desconfianza. Me dio sólo la mitad del sueldo. Me pagará 300€ al mes por cuidar de sus hijos, que por cierto son bastante traviesos, pero no puedo quejarme. Al menos puedo estudiar mientras estoy con ellos y a las diez de la noche vuelvo a casa.

Aún así quiero encontrar otro trabajo. Javier, el chico con el que comparto piso, me ha dicho que puedo solicitar trabajo en el telepizza del barrio. Con eso ganaría otros 300€ por trabajar sólo los fines de semana.

Para colmo, estoy muy perdida en la carrera, y ni os cuento con el transporte. Me he perdido ya unas cuantas veces en el metro. Mi compañero Javier me ha dicho que hay una especie de tarjeta que te sacas todos los meses y con la que puedes montar en metro, autobús y tren, pero no me lo ha explicado bien.

¿Podríais darme algo de información sobre cómo funciona este tipo de tarjeta, el precio y las zonas por donde puedo moverme? Muchas gracias.

Con techo y algo de esperanza


De nuevo escribo para seguir contando mis aventuras por tierras madrileñas. Han pasado unos cuantos días desde la última vez que escribí, pero al fin tengo casa. Después de haber estado durmiendo en la incómoda cama del hostal, por fin tengo una habitación donde instalarme. Llevaba ya muchos días buscando ofertas de pisos baratos, pero ninguno bajaba de los 400€. Estaba desesperada, el dinero se me estaba acabando y no tenía ni trabajo ni casa.

Pero gracias a Dios, Haifa, una chica de Siria que también estudia enfermería conmigo, me dijo que necesitaba otra compañera de piso, pues tenía ya a dos personas para alquilar el piso. Le dije que esa persona era yo, sin duda.

Ahora vivo con Haifa, un chico y otra chica en un piso del barrio de Oroquieta, en Villaverde. Pago 125€ al mes porque compartimos la cuota de 500€, pero nos va bien.

Solucionado ese asunto, aún sigo con la preocupación de encontrar un trabajo. Mis existencias se acaban y mi madre me ha dicho que no puede mandarme ni un céntimo. No quiero aceptar caridad de mis compañeros, por eso he echado currículums en tantas tiendas como he podido y he puesto carteles por el barrio. Ahora sólo queda esperar que alguien me llame.


A pesar de todo, ¿sabéis de alguna oferta de trabajo para cuidar niños o limpiar casas por Oroquieta, Villaverde? Por favor, es urgente.

miércoles, 13 de octubre de 2010

La odisea del viaje (II)


Creí que iba a mandarme de vuelta a mi país, estaba asustada y para colmo tenía mucha hambre, pero finalmente apareció de nuevo. Me dijo que había habido un problema con los servicios telefónicos y las bases de datos y que por eso había tardado tanto, pero que estaba todo en regla. Menos mal, pensé, porque si no habría estado en serios problemas, no habría sabido qué hacer.

Cuando me encontré en el aeropuerto yo sola, tuve que preguntar para llegar al centro. Un hombre me explicó amablemente cómo se usaba el metro, y me dijo que en el Hostal Patria, en la Calle Mayor, se podía dormir desde 12€. Llegué, no sin dificultad, porque me había perdido unas cuantas veces en esa complicada red de metro de Madrid. En cuanto tuve una cama me eché a dormir hasta el día siguiente, eso sí, con el estómago vacío y las tripas rugiéndome.

Llevó unos cuantos días que por ahorrar no como casi nada. Cada vez me encuentro más débil, y todavía no he encontrado piso y sigo tirando del dinero con el que vine. Pero claro, ¿cuánto tiempo se puede hacer durar el dinero? Siento que se me acabará, y entonces, ¿cómo voy a seguir?

¿Alguien sabe dónde puedo comer barato, algún comedor social o algo así? Gracias por la ayuda.

La odisea del viaje (I)


Me gustaría contar cómo fue mi viaje de llegada a Madrid en avión, ya que el otro día no tuve demasiado tiempo para hablar de eso. Me acuerdo del momento de la despedida. Mis padres intentaron ocultar su tristeza, pero mi madre no pudo evitar echarse a llorar cuando estaba subiendo al avión.

Intenté no mirar atrás y no hundirme, pues en ese momento mi único deseo era bajar de allí. El viaje se me hizo muy pesado, además era la primera vez que montaba en avión y me daba miedo el despegue. Las cinco horas que estuve allí intenté matar el tiempo leyendo un libro que había conseguido en español. Pero me costó bastante meterme en la historia porque el señor del asiento de al lado no dejaba de roncar.

Cuando llegué al aeropuerto me sentí completamente perdida. Ver todos los carteles en español, a pesar de saber el idioma, se me hacía muy raro. Había algunas cosas que no entendía. Me sentí muy mal cuando pasé por la aduana y el señor que me pidió el pasaporte se quedó mirándolo más tiempo de lo normal. Me dijo que tenía que hacer una comprobaciones, se llevó mi pasaporte y me dejó allí esperando tres horas.

¿Sabéis si es normal que suceda algo parecido, es decir, si por ser extranjera tienen derecho a llevarse mi pasaporte en España y a hacerme esperar tanto?

domingo, 3 de octubre de 2010

Adiós Târgoviste, hola Madrid


Hola a todos. Mi nombre es Nicoleta Stratan, y tengo dieciocho años recién cumplidos. Llegué a Madrid hace unos cuantos días desde Rumanía, y me he decidido a hacer un blog para contar mis nuevas experiencias en este país.

Soy de una ciudad llamada Târgoviste, que se encuentra muy cercana al río Ialomita. Mi vida era bastante tranquila, pues había terminado el instituto y estaba de vacaciones, disfrutando de las múltiples cosas que se pueden hacer en una ciudad como la mía. Sin embargo, un día todo cambió. Mis padres me dijeron de repente que iría a estudiar enfermería a Madrid el curso siguiente, pues creían que allí conseguiría una mejor enseñanza. Menos mal que sé castellano, pensé en un primer momento, en el que estuve encantada por el futuro que me esperaba. Sin embargo luego pensé en el gran sacrificio que habrían hecho mis padres por mí, pues habían tenido que pedirle dinero a unos cuantos familiares.

Ahora aquí en España mi única preocupación es encontrar un techo para no tener que gastar el poco dinero que tengo en un hostal. Llegué a España con 300€ en el bolsillo y tengo que administrarme bien. En menos de una semana empiezo la carrera y estoy muerta de miedo. Tan sólo intentaré apartar de mi mente la idea de que volver a Târgoviste quizá no es la mejor opción.

Perdón, ¿alguien sabe dónde podría encontrar un piso para compartir con unas cuantas personas a buen precio?