En estos meses que llevo en España he sentido por una parte la desconfianza de la gente, personas que me juzgaban sólo por mi apariencia y mi país de procedencia. Sin embargo, he descubierto muchas otras a las que no les ha importado compartir momentos conmigo, gente que ha confiado en mí y me ha dado una oportunidad para demostrar mi bondad. Me gustaría agradecerle a esa gente lo bien que se han portado conmigo, en especial a mis tres compañeros de piso, pues sin ellos todo habría sido mucho más difícil, y me habría visto muy sola.
Espero poder mandarles a mamá y papá dinero dentro de muy poco, cuando mi situación mejore, ya que la de ellos parece estar estancada. Haré lo que pueda, todo lo que esté en mi mano, y sobretodo nunca, nunca, perderé la esperanza que me trajo aquí, a un lugar mejor donde tener oportunidades que me ayudarán en el futuro. Porque un día, todo cobrará sentido y habrá merecido la pena.
"Nuestras banderas no deben servirnos de escudo para defendernos, para atacar o para discriminar, sino como un solo estandarte que sirva como manto sagrado para abrazarnos con nuestros semejantes."